Al momento de sobrevivir a los incansables intentos por mejorar nuestra rutina emprendedora, que se ven amenazados por los tropiezos en el camino. Puede hacerse presente un sentimiento muy conocido para muchos y este es la frustración, el enojo o la preocupación por no lograrlo.
Para hablar de ese tema puntual que muchas veces es capaz de liderar nuestra vida, sin dejarnos continuar con mejores intentos. Voy a contarte una historia que tiene que ver conmigo y algo que a mi misma me pasó.
Venía tratando de hacer todo lo posible por cumplir con todo, poniendole sudor, para que eso que tanto me había prometido hacer, saliera bien.
Tomé el hábito y empezaron a pasar los días, el primero fue bien, el segundo mejor, el tercero una bomba y así hasta el quinto. Sin embargo cuando todo parecía ir cuesta arriba, me levanté como quien dice, con el pie izquierdo, con mis emociones totalmente distorsionadas y de repente flaquee. Empecé el dia mal, segui peor y a medida que iban transcurriendo las horas, más me iba paralizando, mientras más me esforzaba y peor resultaba.
Fue así que después de todo un dia “al divino botón” por no haber podido salir de ahí, frustrada porque todo era perdida y sentimientos goma. Apareció mi mentora Sandra que entre otras cosas, recordó una frase que me volvió al camino, ella dijo: “un dia no hace a la primavera”. Podía aceptar que eso había ocurrido así y que, a como dé lugar seguro sería productivo a largo plazo. Entonces podía aceptar y confirmar “OKEY,HOY ESTOY ASÍ”. De hecho, cuando lo afirmé pude ser capaz de lanzar una sonrisa al aire y todo a las diez de la noche empezó a modificarse.
La moraleja de esta historia es que cuando nos proponemos hacer algo que tenga que ver con una meta y de repente nos vemos flaquear, solemos empezar a tratarnos mal. Haciéndonos sentir la peor porqueria sobre el planeta. Cuanto más pensamientos así ocurran, mayor será la parálisis de la cual nos va a costar un triunfo salir.
Aceptar trae un regalo y ese regalo es el de crear desde ahí algo nuevo. No se puede modificar lo que pasó y no podemos volver el tiempo atrás. Lo que sí puede uno hacer es crear desde el segundo en que se da cuenta.
Por eso cuando ocurren estas cosas es importante “darte cuenta” cuanto antes. Porque cuanto antes aceptes, es cuando vas a empezar a alinearte otra vez.
Este aprendizaje me ha servido y mucho para saber que siempre podemos volver al eje y continuar el camino, como un automovil que solo se habia corrido hacia la banquina, que si podemos aceptar al final del dia que esto es normal podremos terminar entendiendo que “un solo dia no hace a la primavera”.
Cuando te sientas flaquear, aceptalo, eso mismo te dará más fuerzas para continuar.
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