Cada vez que me pregunto si emprender es para valientes, pienso en la cantidad de veces que se nos cruza la dificultad de hacerlo. Y en mi cabeza aparecen imágenes como en un corto de película: momentos de mi vida en los que tuve que animarme a emprender una acción.
Cuando recuerdo cada uno de esos sucesos, lo único que me viene es la emoción de haberlo hecho. No digo de haberlo logrado, porque muchas veces el final no fue el esperado, pero sí el necesario.
Simplemente haberme tirado a la pileta, de cualquier forma, me hizo resiliente y aventurera. Ya no tuve miedo a la incertidumbre, ni a no saber qué iba a poner mañana sobre la mesa si hoy no entraba un peso.
Dios, el universo y la cornisa
Pensarás que me acuna el Universo, o Dios. La realidad es que, hasta en la cornisa, nunca me faltó nada. Fueron tantas las veces que pude juntar las manos y decir: “Gracias, aunque sé que vine a aprender, nunca estoy sola”.
Esa manera de mirar la vida me volvió adaptable a cualquier cambio. Sé ver el lado bueno de las cosas. Si hubo pérdida, sé que no fue más que aprendizaje. He gastado o invertido plata en la escuela de la vida, pero te aseguro que de todo aprendí demasiado.
Emprender no es teoría, es una gran práctica.
No quiero llenarte de información que es solo mía. Muchas veces, aunque te cuenten anécdotas, necesitás quemarte vos, vivirlo en tu propia piel, para volverte más fuerte y sabio.
Emprender es esa mezcla rara entre lo que sos y lo que soñás ser. Es el motor de quienes se levantan cada día con un objetivo, ese que emociona hasta las lágrimas de solo imaginarlo.
Hoy, emprender es indispensable. Sea una vida mejor o más saludable, un negocio, un viaje, una nueva acción o un cambio personal. Emprender nos recuerda que estamos vivos. Y más aún: nos desafía a sentirlo.
Emprender es arriesgarse. Es ponerte a prueba. Es darte cuenta de que todo lo que accionás se entrelaza y te ayuda a avanzar como persona.
Cuando sos capaz de sentarte a mirar hacia adentro y preguntarte ¿para qué miércoles está pasando esto?, ya sos valiente. Porque emprender es arremangarse y decir: “Ahí voy yo otra vez, a ver qué pasa, a ver qué me nace”.
El miedo y la incertidumbre
Claro que da miedo. Siempre lo da. Lo desconocido es tenebroso.
Aunque esa incertidumbre de no saber que va a pasar no tiene porque generarnos angustia, por el contrario podemos aprender a entender que en lo desconocido tambien se puede confiar. De chica confundia a la incertidumbre con algo que generaba miedo y una de las peores cosas era a la muerte. Me daba una angustia horrible. Los domingos bajaba las escaleras de casa buscando a mi mamá para que me calmara. ya que en mi cabeza pensaba que si era domingo era el final y por ende no habia nada más.
Con el tiempo entendí algo, que no me daba miedo la muerte me daba incertidumbre no saber que iba a pasar. El miedo lo ponía yo queme creia que habia un final. Cuando logré separar las dos cosas, la incertidumbre empezó a parecerse más a una sorpresa. Y eso me alivió.
Hoy amo abrir puertas sin saber qué experiencia me espera del otro lado. E incluso aprendí que muero versiones mias a cada rato. Y cada vez que siento sensación de tristeza. creo que una piel vieja va a partir para que aparezca una nueva evolución.
Emprender como traducción de la vida
Quizás te preguntes qué tiene que ver todo esto con emprender. Y tiene todo que ver.
Porque es desde la interpretación que podemos transformar lo que parecía negativo en motor. La incertidumbre dejó de ser bloqueo y se volvió impulso.
Emprender me mantiene activa, me saca de la quietud en la que me lleno de pensamientos que me pueden deprimir o me limitan. Emprender es estar presente, aprender a lo loco, para crecer como ser humano y entender que lo que quiero solo llega si realmente me convertí en la experiencia que lo está vibrando.
Asi que sí, emprender es para valientes
Emprender es mirar tus sombras, integrarlas a todas, y animarte a moverte hacia donde tenés que ir, que es justamente a un lugar muy profundo adentro tuyo.
No es solo vender algo. Desafiarte a vivir confiando que vas a estar sostenido.
Si llegaste hasta acá leyendo, Y sentís el pecho lleno de emoción, En buena hora me alegro mucho por lo valiente que sos.
Emprender es para valientes, porque ejemplifica que vivir ya lo es.
✨ Te animo a mirarte, a entenderte, a saber que si estás emprendiendo algo, el éxito ya está pasando.
Te felicito.
Dejame un comentario, contame si este blog te hizo reflexionar o en qué te hizo pensar. Eso me va a dar ideas para seguir blogueando.
Comentarios recientes