¿Y si lo que tenías que construir no era una marca?
Me dijeron que tenía que crear una marca personal.
Me lo dijo una mentora, con toda su experiencia y seguridad.
Que detrás de eso se escondía un tesoro.
Así fue como empecé a explorar ese mundo. A tratar de definirme.
Pasaron años hasta que entendí más o menos quién era ese personaje que llevaba conmigo y que quería comunicar algo.
Pero no empecé por ahí.
Antes de eso, viví mucho tiempo bajo la creencia de que la vida era producir, vender, pagar cuentas, sostener un estilo de vida que creía que era el que debía tener.
No reniego de esa etapa.
Me llevó a hacer, a moverme, a probar.
Me llevó también a vender productos.
Y fue en ese recorrido que empecé a buscar algo que no sabía bien cómo nombrar.
Yo quería lograr que las personas se acercaran.
No correr más detrás de nada.
Quería encontrar ese botón mágico que dijera:
«vení, comprá, esto es para vos».
Y así fue como llegué al mundo del marketing, la publicidad, las estructuras.
A los gurúes. A las promesas.
Y a una persona que me ayudó de verdad:
una asesora que, más allá de sus conocimientos, me hizo sentir acompañada.
Me ayudó a ver lo que yo todavía no veía.
Lo que nadie te dice
En ese mundo aprendí que muchas herramientas prometen resultados.
Pero sin un proceso interno, nada de eso tiene sustancia.
Porque no se trata solo de estrategias.
Se trata de quién sos vos mientras hacés lo que hacés.
Un día, en una capacitación, alguien preguntó por qué no obtenía resultados.
Había invertido en publicidad. Seguía pasos. Usaba herramientas.
Y no vendía nada.
La respuesta fue rápida:
“Tenés que invertir más.”
Pero ahí entendí que la inversión verdadera no era en más publicidad.
Era en una misma.
No hablo de construir una “marca personal” como te dicen en los cursos.
Hablo de algo más profundo:
👉 De conocerte
👉 De descubrir tu medicina
👉 De vivir desde tu centro y compartir eso con el mundo
Porque cuando eso pasa, ya no estás vendiendo.
Estás dando algo que es genuino, que nace de vos y llega al otro porque vibra con algo suyo.
Puede que al principio no te conozca nadie.
Puede que no tengas resultados inmediatos.
Pero si lo que compartís es real, si es tuyo, si está alineado con lo que sos…
algo se empieza a mover.
Y si estás leyendo esto, es probable que eso ya esté pasando.
Que estés en ese proceso de abrirte, compartir, descubrirte.
Tal vez te pasa como a mí, que un día, casi sin darte cuenta, empezás a jugar…
y te encontrás ofreciendo al mundo algo que antes no sabías que llevabas dentro.
Porque todos llevamos algo
Una historia, una enseñanza, una forma de mirar la vida.
Una medicina.
Y eso es lo que más vale.
No por lo que puedas cobrarlo.
Sino por lo que puede transformar.
Tal vez no tenés que crear una marca.
Tal vez lo que tenés que hacer es recordarte.
Y desde ahí, caminar. Al menos eso me sirvió a mí, cuando lo entendí así.
✨ Si esto te sirvió, te comparto más:
💌 Mirá mi próximo artículo en el blog:
https://lauradagostino.comblog/
📬 Suscribite a la newsletter donde cada mes comparto historias sobre mentalidad, autoestima e inteligencia emocional.
📺 Y si este camino de aprender a ser gente espiritual congruente te apasiona como a mí,
te invito a mi canal de YouTube:
👉 https://www.youtube.com/@lauradagostinook quizás hay una autenticidad que desconocias y de pronto como yo empieza por la vida a jugar y a vender lo que es de su propia autoria. Quien te dice. todos estamos dotados de alguna medicina.
Comentarios recientes