¿Perdonar para emprender mejor hoy? ¡y esto con que se come!. Leyendo hasta el final te llevaras una herramienta clave que puede ayudarte a vivir un proceso mas asertivo en lo que sea que estes emprendiendo.

A lo largo del camino emprendedor comienzan a aparecer ciertos temas que deben tenerse en cuenta. Los hemos nombrado en otros artículos y también hemos podido resignificar su connotación encontrándoles un nuevo sentido positivo. Estoy hablando del sentimiento de frustración cuando las cosas no salen como lo esperamos. 

Incluso, en varios artículos pudimos hacer valer el peso de esta acción en oro, cuando vimos lo que cada situación puede enseñarnos y los muchos aprendizajes que se pueden desprender de un solo episodio vivido. 

Llegando a conclusiones en las que quedó claro que el fracaso, solo es un lugar por donde NO hacer las cosas. 

Sin embargo, ocurre algo más en este tipo de episodios que hasta el momento no hemos tomado como parte fundamental de estas magníficas obras que transforman el sentimiento de frustración en un gran mar empoderado de nuevas posibilidades y adquisición de nuevos músculos para emprender mejor lo que sea que estés haciendo. 

Por eso hoy te hablaré de algo más qué sucede cuando hay personajes secundarios en los diferentes escenarios que derivan en equivocaciones, de los cuales ellos forman parte de la historia. 

¿Y por qué hablar de ellos ahora? Porque muchas veces no nos damos cuenta que hay un círculo vicioso en el medio de determinadas situaciones, que nos tira para abajo. Si no lo percibimos y entendemos nos lo cargaremos como mochila a lo largo del proceso. Y en algún momento nos va a jugar en contra pasándonos el vuelto que transforme el cuerpo físico sano en lo contrario. 

Me urge hablar de perdonar para emprender mejor en el medio del proceso de cualquier empresario en potencia, porque cuando nosotros no resolvemos algo puede enfermarnos. Está comprobado por la ciencia que cuando las emociones no se gestionan se encallan en el cuerpo, haciéndose notar luego como enfermedades. 

Preguntarás qué tiene que ver una cosa con otra, ¿hablar sobre perdonar para emprender mejor, nombrando personajes secundarios de historias y culminando con enfermedades físicas? 

Porque cuando alguien más forma parte de nuestro error, podemos enojarnos con esa persona.  Alguien nos robó una idea. Un colaborador no ayudó como dijo. Un compañero no puso compromiso. Un vendedor nos vendió humo o un socio nos traicionó. Etc.

Incluso puede que nos encontremos hablando a solas. Recordando las charlas y mails que hemos mandado a lo largo de su gestión. Confirmando que nosotros tenemos razón y que al fin y al cabo él o ella es culpable y nos engañó. 

Podemos sostener broncas y resentimientos y todo esto puede convertirse en el cáncer que nos impida cumplir al final igual nuestros objetivos generales. 

En infinidad de oportunidades, no daremos con los colaboradores correctos, los socios correctos, los empleados dispuestos, los asesores indicados y eso también forma parte del aprendizaje en el proceso para emprender mejor.  Igualmente, resulta entendible que muchas veces nos sintamos enojados y ese estado nos anima a querer cantarle las cuarenta y que no trabaje más en ningún lado. 

Ahora bien, podríamos recordar miles de situaciones en donde pagamos el precio y plata por acceder con total confianza a muchos actos que al final terminaron en la nada, sin colaborar con eso mismo.  Por eso es que intercedo en este blog para que podamos hablar de más temas que hace que podamos ser exitosos y libres al alinearlo con la equivocación que solo nos afirma que por ahí “una vez más” no es. 

Si se te vinieron a la mente un par de anécdotas de estas, voy a compartirte algo que nos ayuda a quitar la carga emocional de este tipo de actos, recordar que hay mucho aprendizaje por reconocer, obtenerlo y marchar hacia otro lado.

¡Lo sé! No es tan sencillo de lograr. y por eso esta herramienta estratégica desde el lugar que me la enseñaron puede colaborar.

Generar enojo en algunos de estos episodios es válido, hay una injusticia que se cometió y por tal motivo sostenemos la rabia y mantenemos razones desde nuestros puntos de vista bien fundamentados. Para eso, el instrumento de gestión que nos colabora es el “perdón” como herramienta estratégica que nos libera y aunque suene raro para la ocasión, continúa leyendo porque tiene una explicación analítica e importante. 

Es difícil poder ver este concepto de manera positiva, ya que desde algunos puntos de vista se suele vincular al perdón con la posibilidad de ser bueno y nuestra mente en ese momento lo que menos quiere o nos importa es ser eso. De hecho puede que nuestra mente crea que “perdonar significa algo así como dar el brazo a torcer”.

Entender estos fundamentos desde el punto de vista que voy a compartirte nos abre a descubrir otro concepto que muy pocas veces se percibe. 

Luego de varias oportunidades, al recordar un evento puntual del que participé, pude entender algo particular que sucedía en este tipo de sucesos. Aquellos que también formaron parte, recordaban el evento desde una perspectiva distinta, con otros argumentos. Y de hecho sin importar la magnitud del suceso, agregaban a su favor y al igual que yo los sostenían muy bien. 

Entonces, pude alinearlo y terminar de entender este concepto, ¡de qué me servirá no perdonar esa necesidad de que se me comprenda como alguien defraudado?, Si desde cada percepción de la realidad “todos tendrían argumentos razonables” ¿razonables para quién? Para ellos mismos. 

Y si cada uno sostiene una justificación o argumento al final de que me valía a mí tener razón. Si los fundamentos siempre serían otros y el recuerdo en esas otras cabezas también lo sería. Usando la herramienta estratégica NOS SENTIREMOS LIBRES. 

Cuando dejamos de lado la necesidad obsesiva de al menos escuchar en la boca de otro: “tenés razón” si es que no se puede hacer mucho más, estamos perdonando. Estamos liberándonos de la carga que nos atormenta y nos hace contener la queja y el enojo insoportable de un diálogo interno, repetitivo, sobre los detalles de esos finales que no se pueden modificar.

Al fin y al cabo, utilizar el perdón como herramienta de gestión emocional bien fundamentada nos libera. Recordando siempre que si hay personajes secundarios, solo son parte del decorado de una anécdota que nos confirma una vez que por ahí no es. 

Te invito a reflexionar conmigo en los siguientes articulos para emprender mejor hoy http://lauradagostino.com/blog/ y a encontrarnos en las redes sociales https://www.instagram.com/lauradagostinook/