Al momento de pensar en METAS emprendedoras seguramente aparezca en tu mente un pensamiento parecido al objetivo financiero.  ¿Adónde quiero llegar?, ¿dónde quiero estar?, ¿qué me quiero comprar? Y ¿cuánto quiero ganar por mes?. Son algunas de las ideas que aparecen cuando empezamos a divagar sobre estos temas.

Sin embargo, a mí me paso algo un poco des motivador, desde el punto de vista de este tipo de pensamientos. Cada vez que me centraba en el mensaje que debía pasarle a mi cerebro para que se ponga a trabajar en eso, habia miedo.

Intente de todo, lo juro, trataba de pensar y visualizar cosas correctas de un futuro anhelado y no había caso. Peor aún, cuando trataba de agregar a mi proyección emprendedora un monto de dinero definido, todo mi mundo interior se me volvía en contra.

Armé un mapa de sueños donde agregué metas emprendedoras que inspiren a tener eso y al mirarlo, me recordaba lo que no estaba teniendo.

Era difícil ponerme a mirar ese cartel sin pensar que no cumpliría esos sueños.  Por lo tanto, llegó el día que hubo que esconderlo gracias a la ansiedad por todo eso material que aún, llena de deudas, no aparecía.

En el medio, «la vida misma», las necesidades del día a día y mi gran preocupación por qué las cosas que quería no sucedían.

Cuando estábamos cerca de sacar algo con aquello que seguramente vendría el éxito rotundo, no pasaba.

Se truncaba la idea, fracasaba el intento y al final parecía una carreta cansada. Llena de contracturas originadas por mi desconexión con todo mi cuerpo que gritaba, ¡por ahí otra vez no!, y yo ni lo escuchaba.  Al fin y al cabo siempre corriendo atrás de la zanahoria, como el conejo del cuento.

Me costó demasiado tiempo darme cuenta de que el enfoque que tanto se comparte en el mundo emprendedor, estaba siendo mal dirigido. En vez de empujar hacia fuera, poniendo toda mi atención al esfuerzo proveniente del hacer constante. Debía enfocarme en crecer por dentro, para dedicarme a ser en esencia quien era yo y compartirme con mis dones dados al mundo externo.

Para contarte como llegué a ese concepto y porque utilicé esa frase, voy a explicarlo mejor, citando ejemplos de como llegué a esta conclusión.  Porque cuando la panza tiene hambre es difícil «SER» nada y créeme que lo entiendo.

Me había parado desde el principio, en el lugar donde me empujaba a generar liquidez. Razón por la cual cometí mil errores y todos fueron por estar poniendo el foco en donde no debía «necesidad de hacer plata».

Obviamente, la requerimos y ayuda a cumplir metas más que mantener nuestro nivel de vida por arriba de la línea de pobreza. Sin embargo, en algo me había equivocado, algo no había percibido y me di cuenta haciendo macana en el camino.

Cuando no quedó dinero para multiplicar creyendo que la plata se hacía con más plata, tuve que pensar y focalizar la energía en el aprendizaje correcto.

Primero que nada centré mi atención en empezar a percibir con qué ojos estaba mirando el mundo. Claramente lo estaba haciendo desde la mirada necesaria de tener cosas, porque eso me haría feliz.

Luego empecé a escuchar que pensamientos habitaban mi mente y como me manejaba en el día a día con los recursos que ya tenía. Era desastrosa, plata que venía la invertía en todo lo que creía que seguro me iba a traer más de eso.

Incluso, desde una falsa espiritualidad creada desde la teoría de que «el universo proveería siempre», no lo respetaba y malgastaba sin siquiera ser consciente de planificar e introspectar nada. Tomando por default decisiones guiadas por mis emociones y hábitos construidos desde la necesidad.

(Acabo de suspirar recordando todo este recorrido porque estoy feliz de haberme dado cuenta de lo siguiente que te voy a contar)

Intuitivamente y gracias a «esta toma de conciencia» las puertas de la sabiduría se empezaron a abrir. Empecé a reconocer el desorden que tenía, deudas que podía disminuir, lo hacía y las que no, esperarían. Empecé a colaborar con la administración y organización del hogar, sin darme cuenta de que este era un gran recurso que se estaba desaprovechando

Todo se había dado para que yo sea la «ama de casa que no quería», porque lo mío era ser una empresaria, ¿de qué? Si no podía ni siquiera tener administrado el desastre de mi primera empresa que era mi casa.

Prestando atención al manejo de todo, empecé a poner manos a la obra, en lo que podía con lo que tenia y de pronto con más orden en la casa y atención priorizada en mí y mi familia, mi pareja empezó a prosperar más, creando de repente nuevas fuentes de ingreso. 

A eso respondí colaborando más fuerte, afilando el lápiz en la administración del hogar, valorando (desde su cuidado) más los recursos. Sabiendo detectar entre necesidades y «pertenecer a la sociedad de consumo». 

Comencé a dedicar tiempo de calidad, a hacer las comidas que siempre estaba apurada en que no me ocupe el día. Di mi máximo potencial y excelencia en ser la mejor jefa de hogar que podía.

Ahora éramos un equipo trabajando todos en pos de metas establecidas. Mi pareja, por ejemplo, desde su aprendizaje constante y las perlitas de desarrollo y autoconocimiento que yo aportaba, empezó a crecer cada vez más. 

Mi hijo tenía un papel muy importante en esta historia, «era el termómetro» del hogar, como estaba al tanto de absolutamente todo lo que pasaba, «alentaba y festejaba» cada paso con la alegría de preparar su estado anímico para ir a una fiesta de cumpleaños.  Al querer mantener la energía fluyendo positivamente, eso es primordial.

Podría también, citar en el medio de todo a un personaje muy importante en la historia, «ley de atracción y asunción», «causa y efecto» o «DIOS DÁNDOME LO QUE DESEO». Porque cuando uno empieza a dar pasos pequeños y escalables, se siente capaz, lleno de confianza y puede sugestionarse teniendo la certeza que es posible construir un imperio y por ende puede hacerlo.

Llegamos a mitad de año estableciendo todos nuevos objetivos. Celebrando los resultados obtenidos, ya podría pasar a dedicarme más holgada, con la ayuda de una nueva persona colaborándome en la casa, a fortalecer habilidades y adquirir otras herramientas que me ayuden a poder «dar de mejor manera mis dones al mundo», gracias a una inversión que mi pareja estaba haciendo en mi marca personal.

Las prioridades cambiaron y el enfoque se redireccionó. Ahora mi aporte a cada cosa que hago sería, optimizando y valorando mi tiempo en cada uno de los proyectos abordados  

Desde mi aprendizaje constante seguía colaborando con semillas a miembros de mi familia y a quien quisiera «escucharse», ya que me siento un eslabón de la cadena en el propósito de servir al mundo.

Mi marca personal se enfocó en seguir escribiendo de todo lo que «laura dagostino» va entendiendo, quitando la energía a cada cosa que no es indispensable. Aprendiendo a decir NO a cosas que no estaban alineadas a nada de esto.

Ahora desde otro ángulo podría ver números, metas, objetivos, sueños y evolución ante todo, con mucha claridad, porque ahora que todos los días mejoraba en lo que mi mundo interior pedía, el universo apoyaba la causa. Con excelencia, perseverancia, paciencia y mucha tolerancia al momento presente, las cosas empezaron a cambiar.

Esta es mi vida y mi proceso es único como cada empresario consciente que va creciendo en la tierra. Es una reflexión con la que pude reencontrar mi norte y poner la meta más en mí, que en él afuera. Así no habría incongruencia y yo estaba optimizando TODOS los recursos.

En tu vida (no importa las condiciones siempre y cuando tengas acceso a este blog), hay muchas cosas que deben observarse y resignificarse para emprender mejor. Sé capaz de ver más allá de lo perceptible como una necesidad, porque cuando te enfocas en tu crecimiento y pones atención a todo aquello que es importante descartar, ¡creces!, y ese crecimiento trae resultados de todo tipo y ahí están también los monetarios que pueden no al principio, venir desde una venta, todo de repente se va acomodando y los beneficios llegan.

Te invito a que escribas sobre aquello que es importante para vos y que no sea material. Luego de eso, busca posibilidades para hacer lo que escribiste. Y empieza a usar la creatividad para optimizar los recursos que estás teniendo y no estás viendo a la mano o se están mal utilizando.

Estoy segura de que con este artículo se puede explicar muy bien el concepto «la salida es hacia adentro». Te dejo mis otros blogs en http://lauradagostino.com/blog/

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